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martes, 27 de septiembre de 2011

Comunicado CONFECH UC

Comunicado-CONFECh-27-Septiembre http://es.scribd.com/doc/66616282/Comunicado-CONFECh-27-Septiembre#source:facebook

"El diálogo no es una condición para bajar las movilizaciones"


Contacto con Camila Vallejo, presidenta de la FECH, en torno a la decisión de iniciar el diálogo con el Gobierno.




Tras la decisión de la mesa directiva de la Confech de participar en el diálogo que propuso el Gobierno, pero manteniendo la movilización, CNN Chile conversó con la presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Camila Vallejo.
 
 
"Sabemos que esto puede llegar a fracasar, pero también hemos sido enfáticos en señalar que también queremos agotar todas las instancias que sean posible para avanzar en los objetivos de este movimiento", afirmó Vallejo en conversación con CNN Chile. "No por eso nosotros no vamos a agotar esta instancia y apostar a que se avance en esa dirección, sin olvidar que también vamos a apelar a organismos internacionales", agregó. 
 
Camila Vallejo además recalcó que, antes de hablar presupuesto, tienen que conocer cuál es la propuesta presupuestaria para Educación y que esa instancia es una promesa de diálogo ya establecida. "No es una nueva garantía, es lo que señaló el ministro", remarcó agregando que además el diálogo no es una condición para bajar las movilizaciones.

Masiva marcha por la educación chilena en Valparaíso Leer más en Suite101: Masiva marcha por la educación chilena en Valparaíso | Suite101.net http://cristianrojasmolina.suite101.net/masiva-marcha-por-la-educacion-chilena-en-valparaiso-a67986#ixzz1aiIjODHZ


Una multitudinaria manifestación por las calles porteñas dejó en claro que el movimiento estudiantil sigue en pie.

Mientras el presidente chileno, Sebastián Piñera, aseguraba con total desparpajo ante la ONU que su gobierno comparte las demandas de los estudiantes chilenos, en Valparaíso y las principales ciudades del país, los descontentos con las políticas imperantes en Chile alzaban su voz y se volcaban en masa a las calles para dejar en claro que la supuesta pérdida de fuerzas no es tal.
Y es que durante las semanas previas, desde el bloque oficialista aseguraban que el movimiento estudiantil ha sufrido un desgaste, debido a que en las dos marchas anteriores el nivel de convocatoria había bajado ostensiblemente. Sin embargo, bastó que las Fiestas Patrias y la terrible tragedia aérea en el archipiélago de Juan Fernández quedaran atrás, para volver con más fuerza a las calles.


Apoyo transversal


En el único país de Latinoamérica donde no existe una sola universidad pública gratuita y donde los aranceles universitarios son de los más onerosos a nivel mundial, ya no son sólo los estudiantes quienes se manifiestan contra el sistema, sino que desde variados sectores de la sociedad surge el apoyo a esta “causa noble, grande y hermosa, como es dar una educación de calidad”, según las palabras del propio Piñera ante las Naciones Unidas (aunque vale precisar que habló de calidad, nunca de gratuidad).

De este modo, en las calles de Valparaíso se vieron lienzos no sólo de todas las universidades y numerosos colegios, sino de trabajadores de la salud, Gendarmería, organizaciones ciudadanas, empleados fiscales, portuarios, jubilados, entre otros. Así por ejemplo, la representante de la Central Unitaria de Jubilados, Pensionados y Montepiadas de Chile, Cupemchi, Elena Jordán, aseguró que “el movimiento no está decayendo, al contrario, está muy prendido, cada vez cuenta con más apoyo de la ciudadanía y todos estamos en la lucha con ellos, porque este ya no es sólo un movimiento de los estudiantes, sino que se ha convertido en un movimiento transversal, es un movimiento ciudadano. Los niños están en una lucha justa, para que se eduquen tal cual como lo hicimos nosotros, con una educación laica, de calidad y gratuita”. Precisamente este último es uno de los puntos más controversiales, ya que el propio Presidente de la República ha dejado en claro que “nada es gratis en la vida y alguien tiene que pagar”.
Más allá de la educación, el malestar social ha sumado voces desde los más diversos ámbitos. La secretaria de la Agrupación de Usuarios de Ascensores (típico medio de transporte porteño, hoy en agonía), Natalia Vásquez, explicó la presencia de su colectividad en la marcha argumentando que “los servicios básicos deben estar asegurados para toda la población. Los ascensores fueron administrados mucho tiempo por los privados y finalmente los cerraron por no ser rentables. Esto demuestra que esta manera de pensar debe terminar, porque finalmente la ciudadanía es la perjudicada, entonces simpatizamos con el tema de la educación porque pensamos que el Estado debe asumir ciertas responsabilidades con la ciudadanía”.


Los principales afectados


Sin duda, los que llevan la bandera de esta lucha son los universitarios, y uno de sus voceros a nivel nacional, el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso, Sebastián Farfán, fue enfático al señalar que la inmensa cantidad de gente que se volcó a las calles a manifestar su descontento es “una demostración cabal de que el movimiento no ha perdido fuerza, sino que estamos en el peak de la movilización. Hoy tuvimos cerca de 50 mil personas en Valparaíso, más de 100 mil en Santiago y cientos de miles a lo largo de todo Chile. Superamos nuestros propios récords de convocatoria y eso quiere decir que este movimiento está más fuerte que nunca y que el Gobierno tiene que decidirse de una vez por todas a escuchar a las amplias mayorías de este pueblo, porque si no lo hace, tendrá que asumir la responsabilidad de todo lo que ocurra en adelante”.

En tanto, la presidenta del Colegio de Profesores, Comunal Quilpué, Marilyn Abado, aseguró que “esto demuestra que el movimiento sigue con fuerza. La cantidad de gente en las calles es enorme, por lo tanto el gobierno va a tener que entrar a pensar y meditar en finalizar con el lucro en la educación”, otro de los puntos conflictivos, como lo ha hecho saber elpresidente de Renovación Nacional, partido en el que milita el mandatario, señalando que el lucro es legítimo en todas las esferas de la vida.


Dispuestos a perder el año


La educación es “la madre de todas las batallas”, aseveraba Piñera ante la ONU, al tiempo que su ministro vocero de Gobierno, Andrés Chadwick, advertía que “una marcha más, una marcha menos” no cambiaría la posición del Ejecutivo.
Ajenos a estas contradicciones, los estudiantes, que completaron cuatro meses en tomas y paros y que ese día jueves 22 de septiembre concretaron la marcha número 35, siguen firmes en sus demandas y anuncian nuevas movilizaciones. “El desafío inmediato es impedir que el gobierno quite los recursos a las universidades estatales, como lo ha anunciado, porque entrarían en una crisis gigante. El gobierno quiere dialogar, pero con este tipo de presiones es inaceptable, por eso invitamos formalmente al gobierno, al ministro Chadwick, a que reconsideren esta medida, para que efectivamente podamos avanzar en este conflicto, y si el gobierno no quiere, serán los culpables de lo que está pasando en el país. Si es preciso perder el año, es un costo que vamos a asumir”, lanzó Farfán, finalizando con una convocatoria “a todas estas fuerzas a otra gran movilización para el próximo jueves 29 de septiembre. Si el gobierno no quiere entender e insiste en mantenerse en su postura intransigente, nosotros lo lamentamos, pero hoy día creemos que estamos velando por el futuro de Chile y por eso es la lucha que estamos dando en las calles”.


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Más de 60 Estudiantes están marchando 500 kilómetros de Concepción a Santiago por la Educación


Decenas de alumnos de liceos de Concepción, Talcahuano, Coronel y otras comunas del Bío Bío realizan este lunes su segunda jornada de caminata hacia la capital. “Quisimos demostrar que el movimiento no ha decaído, sino que está surgiendo. Estamos dispuestos a todo por esto”, advierten.
Más de 60 estudiantes secundarios de la región del Bío Bío marchan con rumbo a Santiago y esperan llegar esta tarde a San Carlos.
Bajo la consigna “Por la educación, en esta primavera marchamos por la carretera”, alumnos de distintos establecimientos del Bío Bío comenzaron el recorrido de 509 kilómetros el domingo en la mañana, desde la Plaza Independencia de Concepción.
Los estudiantes, de los liceos Enrique Molina, Juan Gregorio Las Heras e Insuco de Concepción y A-21 de Talcahuano, además de colegios de Penco, Coronel y San Pedro, entre otros, pasaron la noche del domingo en el Liceo Pacheco Altamirano de Chillán Viejo. Esta mañana, realizaron una manifestación en Chillán y luego continuaron marchando hacia San Carlos. Aunque el objetivo era dormir en Parral, es posible que deban detenerse antes.
La marcha ha contado también con la participación de apoderados y el respaldo del Colegio de Profesores y estudiantes de las universidades de Concepción y del Bío Bío.
De este modo, los secundarios tienen apoyo médico y un bus para trasladar equipajes y a personas que se ven afectadas por el cansancio, el calor o algunas dolencias en los pies, haciendo relevos también a lo largo del camino.
Daniela Colombo, presidenta del centro de alumnos del Liceo Juan Martínez de Rozas de Concepción, dijo que el objetivo de la manifestación es “demostrar que el movimiento estudiantil secundario no está decayendo. Al contrario, está creciendo. Demostrarle directamente al Presidente que queremos respuestas concretas y que no nos vamos a quedar esperando”.
“Qué más bonito que marchando por las carreteras de Chile, donde todo el pueblo nos puede ver, todos nos pueden dar su apoyo desde los autos, con donaciones, y se nos pueden ir sumando”, añadió.
La representante estudiantil consideró que “el hecho de que estudiantes de la Octava región marchen hacia Santiago demuestra las ganas y el coraje con el que queremos seguir adelante y avanzar”.
Asimismo, Miguel Ceballos, vocero del Liceo Industrial A-23 de Higueras, Talcahuano, relató que las personas que viajan por la carretera han expresado su respaldo tocando las bocinas de los autos, y que el apoyo también se ha manifestado en las comunas por las que ha pasado la marcha.
“El movimiento no ha decaído, como dicen en la prensa, sino que está surgiendo, eso quisimos demostrar como región. Es nuestra forma de establecer que estamos dispuestos a todo por esto, porque esto tiene que seguir adelante hasta que nos den una respuesta concreta, que no se arranquen con la respuesta que no nos quieren dar”, señaló.
Estudiante de segundo medio declaró que “como decían que el movimiento se estaba acabando, quisimos demostrar lo contrario, que está más fuerte y que seguiremos hasta que se den las soluciones”. dijo.
Los estudiantes esperan marchar durante ocho días y llegar a Santiago el próximo lunes 3 de octubre. En la capital, advirtieron, están dispuestos a acampar en el Parque Almagro hasta que sus demandas obtengan respuesta.
Cabe recordar que hace poco más de un mes estudiantes universitarios y algunos secundarios realizaron una marcha de tres días desde Santiago al Congreso, en Valparaíso, también en el marco de las movilizaciones por la educación.
@marchaeducación

Fotos: 

Extraido de Radio U. de Chile








http://metiendoruido.com/2011/09/mas-de-60-estudiantes-estan-marchando-500-kilometros-de-concepcion-a-santiago-por-la-educacion/

Salazar: “Si la crisis se resuelve con una negociación entre Piñera y el movimiento estudiantil el modelo neoliberal seguirá intacto”



Salazar
El Premio Nacional de Historia 2006 conversó con Bello Público en su oficina de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Chile. El académico habló de la crisis que vive el país y de las salidas del conflicto estudiantil. Con ustedes, Gabriel Salazar.
La secretaria advierte que el profesor se demora. Día a día son varios los estudiantes que se sientan a esperarlo afuera de la pequeña oficina que tiene en el departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile, pero esta vez fue la excepción. Gabriel Salazar entra raudo por la puerta cargando un maletín. Se dirige a su oficina donde su vecino de escritorio, el profesor Pablo Artaza le anuncia que alguien lo espera.
“Ah, usted fue la que me escribió”, dice. Le confirmo mi identidad y sin más vuelve donde su secretaría a pedirle las llaves de una sala donde podremos conversar tranquilos. El llavero tiene una decena de llaves, por lo que hace falta probarlas todas antes de entrar a las oficinas que en otros días, se encuentran más pobladas. No podemos olvidar que la Facultad de Filosofía se encuentra en paro hace más de 3 meses. Y eso, de alguna manera, se hace sentir.
Una vez adentro, la secretaría aparece pidiéndole las llaves. Gabriel le pide que se las deje, que luego tendrá una reunión con unos alumnos. Al poco rato, ellos se asoman y se sientan afuera a esperar al profesor. El tiempo que Gabriel Salazar dispone es poco, por eso entramos de lleno a la conversación.
Actualmente, el conflicto estudiantil se ha dado en un contexto donde la clase política ha sido fuertemente cuestionada. ¿Es correcto hablar de una crisis representatividad política?
Estamos viviendo una profunda crisis de representación política, proceso que se viene dando de forma creciente yo diría desde mas o menos los finales del gobierno de Eduardo Frei Ruíz-Tagle, y ha venido acrecentándose, porque en términos puramente estadísticos la confiabilidad y credibilidad que tiene la ciudadanía en las instituciones políticas y en los políticos ha venido cayendo en picada con mucha fuerza ya a partir del 2005, con el término del gobierno de Ricardo Lagos y el inicio del gobierno de Bachelet.
Pero esto va más allá de la aprobación a un presidente…
El Congreso Nacional, por ejemplo, en todas las encuestas que se han hecho a partir del 2005 apenas tiene un 15, 16% de confiabilidad y credibilidad ante a la ciudadanía. Entonces el Congreso tienen una representatividad promedio del 17%, que es un porcentaje muy bajo. El poder judicial tiene menos, 11 ó 12 %; los partidos políticos 8 ó 9% y los políticos 4% ó 5%. Estamos hablando de que no sólo los políticos, sino las instituciones del Estado y el Estado mismo están pasando por una crisis de pérdida de confiabilidad y credibilidad por parte de la ciudadanía. Entonces es una crisis de representación, pero suficientemente profunda para pensar al mismo tiempo que hay otras crisis también dentro del sistema que son tal vez más profundas aún, porque si uno deja de creer en algo no es sólo por un aspecto externo, sino por cuestiones más de fondo.
Sin embargo, aún cuando diagnosticamos una crisis, no hay inestabilidad democrática.
Es que hay que ser muy fino en el análisis, porque las crisis de los partidos políticos, incluso las crisis terminales nunca aparecen con el autoderrumbe del sistema. El sistema se defiende, y los que son beneficiados por el sistema -en este caso la clase política civil y la clase política militar- de una u otra manera nunca van a reconocer que hay crisis. Para defenderse de la crítica y de la acción corrosiva que les lanza encima la sociedad civil, ellos tiene aparatos de defensa que son las leyes que defienden la estabilidad, y defienden de los eventuales cambios que le introduzcan al sistema. Son las leyes de defensa permanente de la democracia: la Ley de Seguridad del Estado o la Ley Antiterrorista, que son todas leyes que procuran impedir que la crisis produzca el colapso. Por eso las crisis de los sistemas se pueden alargar al infinito, de ahí que el tema de la crisis en ultima instancia hay que referirlo al otro actor de la crisis. En la crisis hay dos actores: un sistema que se corroe, se corrompe y entra en crisis objetiva y por otro lado, el único poder capaz de darle fin a ese Estado que esta en crisis. Y ese poder es la ciudadanía.

MOVIMIENTO CIUDADANO

Hoy estamos viviendo un movimiento social muy fuerte, pero se considera que aún el movimiento no penetra por completo a la sociedad, ya que es una lucha de la clase media. ¿Cómo ve eso?
Hay varios problemas que se cruzan. Hay que tomar en cuenta que cuando surgen movimientos sociales frente a una crisis y estos movimientos se plantean cambiar el sistema en su totalidad, normalmente lo que ha ocurrido es que el sistema reacciona, reprime el movimiento y lo aplasta. Más encima construye un discurso post-mortem, donde los vencedores explican el por qué de su triunfo y lo establece como verdad oficial, historia oficial y queda en los textos escolares. Entonces fueron los subversivos, fueron los anarquistas, fueron los antisociales, los desquisiadores del sistema. Eso ha ocurrido siempre. Cada vez que la ciudadanía ha intentado cambiar un sistema porque le parece que está agotado ha sido reprimida. No tenemos memoria ni experiencia ni sabiduría para cambiar un sistema enfermo. Por eso no sabemos exactamente qué hacer; y cuando esto está ocurriendo, por un lado pasa un largo periodo en que estás descontento con el sistema, y lo criticas, pero no haces nada. Y cuando llevamos 40 años ya con esto, te comienzas a organizar, pero lo normal es que la ciudadanía, como no tiene experiencia en cambiar al Estado, reacciona sólo como un movimiento de masa. Desfila por las calles, protesta, levanta el puño, saca carteles grita, cacerolea. Pero eso es movimiento de masa y la masa siempre sale a protestar, a pedir, a exigir. Y en el mejor de los casos para forzar al gobierno o negociar con ellos. Pero un movimiento de masa no es lo mismo que un movimiento ciudadano.
¿Cuál es la diferencia?
Un movimiento ciudadano ejerce soberanía, porque ahí está la soberanía. La soberanía no radica en el Estado, no radica en la ley, no en la justicia, menos en los partidos políticos. Radica en la ciudadanía, pero lo que pasa es que en Chile la ciudadanía no ha aprendido a ser soberana. Le enseñaron a ser solo masa que pide y patalea en las calles y protesta y rompe cosas. Por eso que este movimiento actual se caracteriza porque tiene aún restos de movimiento de masa: marchas, concentraciones que han sido bastante importantes, etc. Lo diferente está que en las masas por ejemplo que nos movilizamos en los ’50, ’60 y ‘70 se movieron porque fueron dirigidas, vanguardizadas por caudillos, por partidos políticos, por presidentes o por el Estado. Pero hoy no. Este no es solo movimiento de masa, porque no está siguiendo a una vanguardia de partidos políticos ni nada. Se automueve sola y esta pidiendo cosas, proponiendo cambios importantes en el sistema pero a la vez hay un proceso que es muy importante, un proceso de deliberación. La masa no delibera. La masa social está en la calle, saltando, brincando. Le tiran discursos encima, le dan instrucciones, pero no delibera. En cambio, estos movimientos sí. Sobre todo los estudiantes que tienen sus asambleas de base y ahí deliberan. Y tienen sólo voceros, sobre todo los estudiantes.
¿Entonces es como una mezcla de movimiento ciudadano y movimiento de masa?
Este movimiento tiene de ciudadano el hecho de que delibere, de que no tenga conducción político-partidista y que esté pidiendo cosas pero a la vez deliberando y proponiendo. La ciudadanía propone e impone, porque es soberana, por eso este movimiento ciudadano tiene dos caras: la vieja cara de las masas que peticionan, dialogan y negocian; y el de la masa que sólo reclama. El movimiento estudiantil, junto al movimiento de pobladores, está deliberando y esta proponiendo cambios profundos. Pero no sólo en educación, también con otros problemas. Entonces en ese sentido hay un movimiento ciudadano que está apuntando más lejos. Estamos dentro de un movimiento mixto, medio híbrido.
Hace algún tiempo, el analista político Patricio Navia opinó que el movimiento social actual no pedía cambios profundos en el sistema, sino que sólo mayor participación. ¿Qué opina usted?
Esto tiene que ver con qué tipo de cultura social se ha desarrollado en Chile en los últimos 40 años. La cuestión fundamental que hay aquí es que lo que hizo Pinochet fue destruir el Estado populista. Lo des-socializó, lo despopularizó y lo redujo al mínimo. Quedó convertido en un Estado estrictamente neoliberal que es un Estado prácticamente pilucho, absolutamente reducido casi sin poder real de nada que no sea el poder militar. Entonces como quien dice todo el Estado lo alejó, lo metió en la globalización y ahí lo diluyó. Y por el otro lado nos dejó solos, a la ciudadanía y a la clase popular. O sea, sin Estado, sin Estado protector, sin Estado social benefactor. Metió al medio el mercado, y ni siquiera el mercado nacional, el mercado global. Entonces la ciudadanía desde el ‘73 ha tenido que arreglárselas sola, con un Estado que no la proteje ni la ayuda y un mercado que trata de integrarla pero en las condiciones usureras que le pone el mercado. O sea, no es amigo, no tiene nada de populista.
Pero al parecer, la organización ciudadana está de regreso.
Cuando son 40 años que se va acumulando una cultura de este tipo lo que aprende la ciudadanía -sobre todo las mujeres de población y los jóvenes de ahora- es a participar activamente en resolver los problemas localmente. Por eso que se han formado estas asambleas territoriales, ha habido huelgas de ciudades enteras y de regiones enteras. Eso es es un fenómeno mundial. Qué quiero decir con eso: es cierto. La gente quiere participar, pero no es que este participando a la cola de grandes políticas nacionales. Está participando en proyectos que ella misma elabora, lo local desafiando cada vez más lo global, porque el conflicto no es de una clase social o entre una comunidad y el Estado nacional, es entre las comunidades locales versus la globalización.
¿De qué manera puede entonces la ciudadanía acceder a mayor participación?
Hay que perder de vista un poco el tema de que el Estado coincide con la acción. Ese concepto está poco a poco deteriorándose por la disolución del Estado nacional en la globalización. En casos de Estados liberales como el chileno -o bien en términos de que el Estado se entiende a sí mismo como Estado liberal- no responde a una población que se ha empoderado a un nivel en que casi no necesita del Estado. Por ejemplo, el movimiento de los Sin Tierra: ellos no necesitan el Estado. Negocian con ellos, lo chantajean y lo friccionan, porque ellos ya son autosuficientes. Por eso que teóricamente hay que ajustar un poco las ideas a esta nueva realidad y por eso los movimientos sociales caminan un poco en esa dirección y en Chile también.

LOS PARTIDOS POLÍTICOS

¿Cree que el actual movimiento estudiantil podría derivar en un partidos politicos o algo similar?
Los partidos políticos, cuando se habla en plural, como partidos políticos, suponemos que hay un mercado de partidos políticos que compiten entre si no y eso es propio y exclusivo del estado liberal. El Estado liberal se caracteriza porque admite corrientes de opinión y competencias dentro de sí. Para eso esta el Congreso nacional, ahí todos parlotean, cada uno pa’ su santo. Pero en las asambleas de estudiantes no tienen sentido los partidos. Están todos cara a cara discutiendo un problema, entonces ahí el consejo, la asamblea, la local, la regional y de ahí pa’ arriba, reemplaza al partido.
¿Cómo vislumbra la salida al conflicto estudiantil?
Si la crisis se resuelve -por ejemplo- con una negociación donde Piñera cede un 40%, el movimiento otro 40%, el modelo neoliberal seguirá intacto. En ese caso los partidos también y este movimiento va a tener que acomodarse entre los partidos existentes o intentar inventar algún otro al margen, como ME-O quien lo ha intentado sin éxito. Eso ha ocurrido, pero el modelo sigue igual, ganó la pelea. Yo diría que el destino del movimiento estudiantil si va a triunfar en esta crisis, su destino consiste en aliarse con otros actores sociales para en conjunto imponer una solución soberana a través de una asamblea constituyente o algo por el estilo. Y ese proyecto significa que la vigencia de los partidos se suspende por mucho tiempo, porque el acuerdo de los actores sociales entre sí, una coordinadora, una asamblea, cualquiera que sea la organización no requiere de partidos, porque cada movimiento se basa en asambleas y arriba se unen todos en otra asamblea y ahí pueden hacer muchas cosas y no requieren partido.
¿La educación podría ser, entonces, la punta de lanza de muchas otras demandas?
Yo creo que si el movimiento estudiantil -que no es sólo uno, son dos: universitarios y secundarios-, se une con los trabajadores, profesores, empleados públicos y pobladores, pueden armar un poderoso movimiento de actores sociales que nadie va a tener ánimo de pararlo, porque es la mayoría de la población.

Por Romina Reyes

www.bellopublico.cl







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