Si tuviésemos que poner un título a los días vividos en Chile en esta última semana, no costaría mucho hallar algo que resuma el extraño ambiente que, pudiéndose evitar, quedó sin control. Los estudiantes se revolucionaron y su acto de rebeldía, plenamente justificado, puso en debate uno de los temas álgidos y que en la revolución de los pingüinos se trato pero no llego a ningún buen puerto: la mala educación y el lucro. Se habla mucho de la enseñanza y se hacen miles de discursos y promesas de campaña, pero a la hora de los cambios concretos, jamás se actúa a tiempo. La poca voluntad política de actuar en el momento preciso ha conducido a esta complejidad.
Ministros incompetentes y un presidente ciego sordo y descontrolado al hablar que mantienen intereses muy creados en este tema deslegitiman su actuar. un Gobierno que no tomó en serio a los jóvenes y adolescentes y les falta el respeto tratando de manosearlos con discursitos de cuarta categoria, que muestran su mala preocupación, siguen llevando a una molestia ciudadana que crece y se agiganta. Los han actuado por más de tres meses, se han movilizado y no han dado su brazo a torcer. Exigen lo justo para permitir la evolución de la sociedad. Aquí no hay viejos discursos. La savia nueva pide, grita y se levanta sin violencia ni miedo, con mucha energía y, sobre todo, con preparación que da gusto y se aplaude.
Han errado los mayores, que menoscabaron el movimiento estudiantil, que dijeron que no había que dar importancia a esa pataleta. Los pocos interesados en el tema, hoy sufren el repudio de la masa crítica. La dirigencia administrativa debe aprender que Chile se construye escuchando hasta al más débil y frágil, abriendo puntos reales de diálogo y no sólo decir hay disposición de dialogar. El país ha resurgido de manera diferente. Los más jóvenes, los casi inexistentes en nuestras familias, nos dan una lección de altura, desenmascaran no sólo a los encapuchados, logro que debe reconocerse, ya que los representantes del orden público por rara razón nunca están en el momento adecuado, pero si siempre se hacen presente en el momento de reprimir.
Los actores universitarios y secundarios están marcando una nueva etapa de la historia, no sólo los directamente involucrados, también los que solidarizan, los hijos de los pudientes y de los que han impulsado un sistema desequilibrado, poco amigable, en donde las brechas de la desigualdad se ven a priori.
Pero para completar el cuadro y tener fiesta completa, los carabineros olvidan que la dictadura acabó hace un buen tiempo, pero se aprovechan del momento de debilidad de las autoridades e imponen la represión enajenada, de nivel cavernícola, no sólo agraden y maltratan al alumnado, también van contra cualquiera, usan el descontrol como borrachos por un odio que, extrañamente, nunca termina. ¿Qué significa esto? ¿tendremos que estar dispuestos a que cada cierto tiempo la institución se convierta en un grupo de enajenados que se cubre con cascos al estilo pasamontañas y arremete y determina con descriterio actuar?
Ojalá aprendamos lo que están enseñando las nuevas generaciones, ésas que ya han perdido el miedo al fantasma de la dictadura, que ya no les atormenta y complica, ésas que han logrado caminar por las calles de Chile diciendo qué es injusto y poco adecuado, ésas que exigen respeto a las autoridades -los cuales no han respeto por este movimiento y por ende por la familia chilena- llega el momento que les escuchen y den repuestas concretas.
Ayer escuchábamos a muchos opinar sobre el crecimiento del 8,4%. ¿pero donde se refleja este gran crecimiento?, les interesará a las autoridades que Chile se desarrolle y se eduque en equidad o ¿ese crecimiento es sólo para que el ministro de hacienda justifique su cartera y el modelito? que sabemos que debe ser replanteado de lo contrario terminaremos como los creadores de este capitalismo que hoy más que nunca se ven fracasados.
Sin duda las movilizaciones no pararán, estoy convencido que sólo para producir los cambios de paradigmas debemos movernos hasta provocar el verdadero cambio, no el del eslogan de campaña
Ayer escuchábamos a muchos opinar sobre el crecimiento del 8,4%. ¿pero donde se refleja este gran crecimiento?, les interesará a las autoridades que Chile se desarrolle y se eduque en equidad o ¿ese crecimiento es sólo para que el ministro de hacienda justifique su cartera y el modelito? que sabemos que debe ser replanteado de lo contrario terminaremos como los creadores de este capitalismo que hoy más que nunca se ven fracasados.
Sin duda las movilizaciones no pararán, estoy convencido que sólo para producir los cambios de paradigmas debemos movernos hasta provocar el verdadero cambio, no el del eslogan de campaña
http://cianuronews.wordpress.com/2011/08/18/moverse-hasta-moverlos/
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