domingo 17 de abril de 2011
Convencer a nuestros alumnos que el aprendizaje de ciertos conocimientos les va a ser útil es una tarea engorrosa. Tiramos como piedras en las clases nuestros conocimientos y no sirve para nada, porque el discurso de la sociedad capitalista es contrario a cualquier esfuerzo que no nos reporte un beneficio inmediato.Esto no sólo está instalado en los jóvenes, sino también en sus padres, en las radios, en los comerciantes, en la televisión, y en unos cuantos etcétera.
Está instalada la idea que ir a la escuela no sirve, que la inteligencia es una perdida de tiempo, entonces con que sostén un profesor convence a un alumno que aprenda algo, si el conocimiento no tiene ningún tipo de valor para los jóvenes estudiantes.
La escuela como institución educativa de este modelo capitalista, es obsoleta para con los fines emancipadores que posee el acto educativo en sí. Ya lo dijo García Márquez, a los siete años tuvo que interrumpir su educación para ir a la escuela.
En realidad es posible que haya que hacer una gigantesca revolución educativa pero no solamente dentro de la escuela como dicen nuestros gobernantes y pedagogos, sino también fuera de la escuela, es un error ecuménico creer que el mal está por excelencia dentro de la escuela.
La escuela como institución no se puede cerrar en sí misma y generar un gran cambio cultural desde dentro y sostenerlo en el tiempo, ya que una vez que los pibes salen de la misma, se vuelven a contaminar con todas esas ideas mercantilistas que rigen las costumbres culturales impuestas en el mundo.
Desde el exterior, entra a la escuela el ruido de los medios que lo tapa todo, incluso hace que los libros ante su constante bombardeo de información sean incomprensibles, sean inservibles porque los jóvenes no quieren saber quien fue Marx, quien fue Hitler, que es la plusvalía, sino que quieren saber lo que dijo tal actor en una pelea con una vedette porque le dijo que sus costumbres morales eran un tanto dudosas.
Yo creo que hay que hacer una reforma educativa partiendo de ciertas comisiones que no tienen tanto que ver con el ámbito educativo, por ejemplo alimentando muy bien a los pibes, instalando una serie de recursos que nos permitan satisfacer nuestras necesidades básicas, cumpliendo con la obligación del estado de otorgarnos ciertos derechos que hoy están desdibujados y se transforman en favores políticos, y brindándoles a los jóvenes todo tipo de armas para que aprendan a usar la cabeza en una forma distinta a la que quiere que usemos el sistema capitalista.
Estoy escribiendo esto sin muchas esperanzas y con la angustia golpeándome la puerta, aunque hay ciertos ejemplos desalienantes como lo son por ejemplo los educadores populares. Éstos generalmente no ven a la escuela como una institución que libere a sus alumnos, sino como aquella que los esclaviza, por que los prepara para ser explotados por el sistema, formándolos como siervos del capital. En la educación capitalista, educación y trabajo son etapas independientes, nos educamos primero para luego poder obtener un trabajo donde nos exploten. En una sociedad socialista, educación y trabajo serían simultáneos, como lo eran durante los tiempos prehistóricos, donde uno aprendía trabajando, educación y trabajo eran un mismo proceso.
Las instituciones educativas tradicionales son una parte importante del sistema de internalización del modelo capitalista, pero no son las únicas, ya que contamos con un perverso sistema global de medios que completan la tarea del capital, en caso que la escuela no lo logre. Debemos buscar un cambio radical respecto a nuestra forma de internalizar los aprendizajes, lejos de cualquier tipo de reformas educativas que no hacen más que salvaguardar la estrategia del capital para seguir teniéndonos como víctimas de su opresión.
Aunque la educación formal del sistema capitalista dure sólo unos años, en oposición a Martí que decía que se aprendía toda la vida, la dominación ideológica del sistema perdura ad infinitum, esto se debe a que durante esos pocos años de educación formal las estructuras de pensamiento que nos impone el sistema son tan fuertes que la dominación ideológica nos sigue toda la vida. Aunque nos creamos librepensadores, no somos soberanos de nuestras decisiones, ya que tenemos toda una estructura invisible que nos moldea y nos guía en nuestro accionar, de modo tal que pensemos que realmente somos nosotros los que elegimos, pero la realidad es que sólo somos capaces de elegir algo dentro de las estructuras del capital.
Según Bourdieu, la sociedad capitalista posee un sistema de educación continua, de adoctrinamiento permanente, incluso cuando el adoctrinamiento no parece ser tal.
Debemos tratar de sembrar la idea que esforzarse sirve para algo, la idea que un aprendizaje continuo sirve para algo, pero no diciéndolo desde un discurso rupturista detrás de un estrado frente a un micrófono y a todo un gabinete político, sino haciéndolo, transformando el discurso en acción, llevando una educación liberadora, que desaliene las mentes de los jóvenes. Quizás dentro de muchos años, o no, un pibe piense que debe esforzarse en la escuela y en concretizar su aprendizaje, ya que un amigo suyo es profesor y le va bárbaro, mientras que otros amigos que se dedicaron a salir en los medios, al contrabando de órganos, o a trabajar en un banco la están pasando muy mal.
Si alguna vez se alcanza a interiorizar en los jóvenes una idea en donde el esfuerzo sea mejor recompensado que la vivada, que el lucro fácil, entonces a lo mejor empiecen a prestarle atención al profesor.
Si uno observa la televisión, vemos que un tipo hace una cámara oculta ridiculizando a otro y queda como un piola, y el mensaje que les queda a los jóvenes es que ése es el exitoso, y para ser como ese no hace falta esforzarse en estudiar y ser concientes de nuestra explotación.
El alienado es el ganador en esta sociedad, si hacemos una lista de las personas que son ganadoras en nuestra sociedad desde el punto de vista del capitalismo, vamos a ver que son gentes bastante faltas de compromiso social, bastante poco preparadas para una sociedad de iguales, donde la solidaridad con el otro sea algo natural.
Entonces llegamos a la conclusión que es muy difícil que un profesor entre con éxito a un aula a tratar que sus alumnos aprendan, cuando sus alumnos no quieren aprender por que no quieren ser como el profesor, un tipo que se debe pasar la vida encerrado frente un escritorio leyendo Tulio Halperín Donghi y siendo conciente que este sistema nos explota a más no poder, quiere ser como el tipo que sale en televisión, que está todas las noches triunfando en la pantalla.
Aunque la visión estructural desde el punto de vista del capital, nos diga que es imposible un cambio universal, debemos intentarlo. Si queremos una sociedad que use sus funciones mentales con tintes liberadores y autónomos, nos va a servir la educación, por lo contrario si lo que buscamos son personas dedicadas a salir en los medios o a los negocios fáciles, la educación no nos va a servir para nada, al contrario su irrupción en este modelo de formación educativo capitalista, nos va a obstaculizar el éxito…
http://rinconirrealista.blogspot.com/2011/04/educacion-versus-capitalismo.html
