Liberalismo puro y duro. Esa es la receta que José Piñera – hermano del actual presidente Sebastian Piñera – propone desde hace algunos años para el sistema educativo chileno. Fiel a sus ideas, considera que la competencia y las leyes del mercado pueden mejorar la asignación de recursos y, por tanto, mejorar el bienestar social. Aplicando este principio básico en todos los ámbitos, se crearía una verdadera sociedad de oportunidades (el “Nuevo Chile”, como lo ha llamado en el último tiempo).
La aplicación de este modelo comenzó en 1975 – bajo el régimen militar de Pinochet – en lo que Piñera llama la Revolución Liberal Chilena (ver las opiniones de José Piñera tras el triunfo de su hermano), que estaría llevando a nuestro país hacia el desarrollo.
La aplicación de este modelo comenzó en 1975 – bajo el régimen militar de Pinochet – en lo que Piñera llama la Revolución Liberal Chilena (ver las opiniones de José Piñera tras el triunfo de su hermano), que estaría llevando a nuestro país hacia el desarrollo.
José Piñera propone una Educación Privada Universal, donde la administración de todos los establecimientos educacionales esté en manos de particulares (y por lo tanto, donde no exista educación pública). En este sistema no existiría subvención para las escuelas; sería reemplazada por una subvención a las familias, bajo la figura de una chequera o Bono Educacional. Estas familias, en teoría, podrían ejercer su libertad de elección para optar por el mejor establecimiento educacional.
Las familiar tomarán decisiones libres e informadas a partir de las “señales del mercado educativo” – por ejemplo, los resultados en la mediciones nacionales estandarizadas – y los colegios competirán entre sí para captar a estos “clientes” ofreciendo la mejor educación. ¿Les parece conocido? Es la idea que está detrás de los mapas y semáforos del SIMCE.
Reproducimos lo medular de la propuesta de José Piñera tal como aparece en su página web. Propongo esta reforma educacional porque la llave de la creación de riqueza en el siglo 21 será el cultivo de la inteligencia y el conocimiento humano:
- a) Establecer la más amplia libertad para proveer educación básica, media, técnica y superior, y la libertad de programas de estudios, eliminando toda intervención del gobierno en este campo.
b) Transformar el Ministerio en una Superintendencia de Educación con profesionales de primer nivel, escogidos sin discriminación alguna, que evite todo fraude o uso malicioso de los subsidios estatales, y subcontrate en el sector privado pruebas de calidad educacional.
c) Licitar las actuales escuelas municipales, con plena transparencia e incentivando a los propios profesores a participar, y otorgar subsidios para la capacitación de directores y profesores.
d) Entregar una chequera educacional a cada familia chilena por cada hijo e hija en edad escolar para que pueda pagar, total o parcialmente, la escuela que libre, informada y responsablemente elija para ellos.
e) Financiar un nivel de esa “chequera” coherente con el nivel que ha alcanzado la economía nacional y solventar los gastos que pueda requerir la “economía política” de la transición, entre ellos capacitar en el exterior a miles de profesores cada año, utilizando para ello el actual presupuesto destinado a la educación como también una fracción relevante de los enormes activos que ha acumulado el Estado chileno gracias al boom de la producción minera privada y el auge del precio del cobre.
f) Derogar el Estatuto Docente, establecer que los profesores se rijan por las mismas leyes laborales del resto de los chilenos, explicar esta reforma con franqueza y convicción a los esforzados profesores, e invitarlos a sumarse con entusiasmo a esta transformación.
Estos principios, que son similares a los del exitoso sistema de AFP, conducirían a una competencia virtuosa por elevar la calidad educacional y capturar a las familias. El valor de la chequera educacional, basado en la rentabilidad social bien medida de la educación, sería un barómetro de la importancia que la sociedad le asigna a la calidad de la educación, y un elemento determinante para alcanzar el nivel de capital humano y desarrollo de países desarrollados.
Esta reforma produciría una verdadera revolución del sector educacional, como la que ha tenido lugar en los últimos 35 años, con resultados espectaculares, en todos los sectores liberalizados del país. La flexibilidad inherente de la empresa privada permitiría incorporar, sin demora, los fabulosos avances tecnológicos que están ocurriendo en el mundo y ponerlos al servicio de elevar la calidad de la educación de los niños y jóvenes chilenos.
Las discusiones de remuneraciones se darían al interior de cada escuela entre los profesores y los dueños, y se hablaría de productividad, capacidades individuales bien evaluadas, y resultados docentes. Los mejores profesores ganarían más que los malos profesores, y sería ese un incentivo poderoso para mejorar la calidad de las clases y el perfeccionamiento docente. No habría paros nacionales que sólo dañan a los niños pobres. Los educadores que sean capaces de retener a los mejores profesores, pagándoles sueldos que reflejen su verdadero aporte y tratándolos con dignidad, tendrán las mejores escuelas. Seguramente todas con banda ancha y acceso a bibliotecas virtuales y técnicas educativas modernas. Los padres se darán cuenta. Esas escuelas se expandirán para atender al incremento de alumnos. Otras cerrarán.
Habrá una competencia entre investigadores y expertos por desarrollar diversas pruebas que midan lo mejor posible la “calidad educacional” de cada escuela. Todos los resultados estarán en Internet, por escuela, por barrio, por comuna. Se crearán empresas privadas clasificadoras de escuelas, como las que evalúan el riesgo financiero. Con ley antimonopolios extensiva a este campo y plena transparencia financiera y de instalaciones de cada escuela.
Sería un nuevo mundo educacional. Del paradigma del Estado Docente del siglo 20 al paradigma de la Sociedad Docente que requiere el siglo 21. Y que merece, necesita y puede lograr el nuevo Chile.
Hasta aquí la propuesta de José Piñera. Pueden leer más en su web: josepinera.com, y descargar el documento completo en pdf: Propuesta de Reforma Educacional.
José Piñera Echenique (n. Santiago, 6 de octubre de 1948) es el arquitecto del sistema privado de pensiones chileno basado en cuentas personales de capitalización individual. Piñera ha sido llamado “el líder más importante del mundo en promover la privatización de los sistemas de pensiones estatales”. Fue Ministro del Trabajo y Previsión Social, y Ministro de Minería, del gobierno de Augusto Pinochet, y candidato independiente a la Presidencia de la República en 1993.
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