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sábado, 13 de agosto de 2011

10 LUGARES COMUNES FALSOS DE LA EDUCACIÓN CHILENA N° 1


10 LUGARES COMUNES FALSOS DE LA EDUCACIÓN CHILENA

N° 1: “Hoy las familias tienen la libertad de elegir la educación que recibirán sus hijos”





Atria sostiene que en el actual sistema, “la libertad no es para los padres, sino para los establecimientos educacionales, que siempre pueden aceptar o rechazar una postulación a través de distintos mecanismos”. Agrega: “las familias no eligen un proyecto educativo, sino un criterio de exclusión”.
FALSO. Este lugar común pretende mostrar que el sistema educacional chileno implica libertad para todos, por lo que su mantención va en el interés de todos. Pero no es cierto que bajo el sistema actualmente existente los padres sean libres de elegir. Que lo sean significa que la educación que sus hijos recibirán depende de ellos, del modo en que ellos crean que es mejor educarse. Pero en realidad para que los hijos de uno reciban una determinada educación no basta que uno elija el establecimiento respectivo, es necesario que sea aceptado por este, es decir es necesario satisfacer las condiciones que el establecimiento unilateralmente fija. Por consiguiente la libertad no es para los padres, sino para los establecimientos educacionales, que siempre pueden aceptar o rechazar una postulación a través de distintos mecanismos, donde el precio es el más común, y la entrevista personal para determinar si la familia “es compatible” con el proyecto educativo, uno de los más grotescos. Esto lo saben incluso los que pertenecen al pequeño grupo de chilenos que accede a la educación particular pagada, para quienes el proceso de elegir un establecimiento y obtener la aceptación de éste no es un proceso marcado por el ejercicio de una libertad de elegir, sino por la angustia de no saber si uno va a ser elegido o no.
Lo cierto es que hoy en Chile la única decisión que toman los padres es con quién NO se educan sus hijos. Cuando una familia paga 10 mil pesos como financiamiento compartido en un establecimiento particular subvencionado la función principal de esos 10 mil pesos es asegurar que todos los compañeros de sus hijos provendrán de familias que puedan al menos pagar 10 mil pesos. Por eso las familias pagan aun cuando su dinero no se traduzca en resultados medibles: esos resultados no importan, lo que importa es el ambiente social del establecimiento.
Así, las familias no eligen un proyecto educativo, sino un criterio de exclusión. La ley no me da libertad de elegir, lo que me da libertad de elegir es mi dinero. Si tengo poco dinero tengo poca libertad y si tengo mucho dinero tengo mucha libertad.
Mirado así es bastante claro quién acude a la educación municipalizada gratuita de hoy: los que no son elegidos por nadie, ni pueden elegir con quien no estar. Tras la estricta segregación por clase, en la educación pública de establecimientos no “emblemáticos” queda el gueto de los que no tienen recursos para elegir, porque no satisfacen criterio alguno de selección. Los liceos de excelencia hacen el descreme final, sacan lo último “utilizable”, que son los jóvenes pobres de buenos rendimientos. Tras eso, en la educación pública, donde va el 37 por ciento de los alumnos chilenos, no queda nada que al mercado le interese. Ellos no están ahí porque, en ejercicio de su libertad, hayan decidido que ésa es la educación que quieren. Para ellos no hay libertad.





http://ciperchile.cl/2011/07/26/n%C2%B0-1-%E2%80%9Choy-las-familias-tienen-la-libertad-de-elegir-la-educacion-que-recibiran-sus-hijos%E2%80%9D/

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