por Jorge Abasolo | jabasoloaravena@gmail.com | 29 de agosto de 2011
Estimada Camila:
Parto por decirte que siento pena por ver a una chica tan bonita e inteligente adherida a ideas tan añejas como el catre de bronce y las polainas. Si se trata de ser antisistémicos, el anarquismo es harto más moderno y simpático que el comunismo, que ya forma parte de la arqueología política.
Al menos el anarquismo tiene algo muy salutífero: no le pone cortapisas a la libertad. En verdad, abusa de la libertad… aunque no la ahoga.
Ustedes ya ganaron, Camila. El gobierno tiene las puertas más que abiertas y ahora es el momento de entrar a conversar, de cambiar la descalificación por el diálogo, las piedras por las propuestas y las consignas por los argumentos.
El lenguaje de barricada ya devino en ese “infantilismo revolucionario” que tanto daño le hace al orden establecido, ese que a ratos nos molesta… pero es el que tenemos y hemos construido entre todos.
Lo podemos cambiar, cierto, pero jamás en torno a la lógica del combo, la piedra y el escupitajo.
Camila: un viejo adagio dice que hay que predicar con el ejemplo. Antes de reclamar contra el sistema binominal, de exigir justicia y acusar de falta de representatividad al gobierno, debes “partir por ordenar la casa”.
No sé si estarás enterada de que en la Feuc la situación es muy injusta. Allí el consejo opera a través de un sistema de sufragios ponderados. Según el sistema de estos muchachos, un voto de un alumno de la facultad de Ingeniería (con 3.362 alumnos de pregrado) representa en el consejo un 0,1 del voto final. En cambio, un alumno de las carreras de Física y Matemáticas (con 410 alumnos de pregrado) representa un 0,7% del voto final. Por lo tanto, el sufragio emitido por el estudiante de Física vale cinco veces más que el del alumno de Ingeniería.
¿Es esto ejemplo de representatividad?
Tú tampoco lo haces nada de mal. No toda la opinión pública sabe que fuiste elegida con sólo 771 votos, de un total de 8.994 sufragios…y en un universo de 21.547 estudiantes.
Luego, debes poner cuidado a la hora de poner en duda la representatividad de nuestras autoridades.
Por otra parte, te contaré que con un grupo de profesionales hacemos charlas de liderazgo y motivación.
Nuestros precios son módicos y por eso tenemos trabajo.
¡Hasta nos hemos dado el lujo de no cobrar cuando hemos estado en escuelas públicas pobres y en la más absoluta orfandad!
Nos moldeamos a la realidad chilena y cobramos lo justo.
Ahora he sabido que tú también das charlas de liderazgo.
¡Bienvenida la competencia!
Pero cobrar $1.800.000 (un millón 800 mil pesos) por charla, ¿no te parece un precio prohibitivo para muchos que desean conocerte y escucharte?
¿No estarás abusando de tu minuto de fama?
¿Por qué abominas tanto de las leyes del mercado pero las aplicas a tu favor cuando te conviene para el lucro personal?
¿No es destruir el ominoso lucro lo que te motiva a dar la cara?
¿En qué quedamos?
Entiendo la impulsividad de la juventud, pero hay que ponerle atajo. Es cierto que el que no se equivoca nunca, es porque nunca hace nada. El problema es que ustedes partieron al revés. Por estar mucho tiempo sin hacer nada, viven equivocándose.
Parto por decirte que siento pena por ver a una chica tan bonita e inteligente adherida a ideas tan añejas como el catre de bronce y las polainas. Si se trata de ser antisistémicos, el anarquismo es harto más moderno y simpático que el comunismo, que ya forma parte de la arqueología política.
Al menos el anarquismo tiene algo muy salutífero: no le pone cortapisas a la libertad. En verdad, abusa de la libertad… aunque no la ahoga.
Ustedes ya ganaron, Camila. El gobierno tiene las puertas más que abiertas y ahora es el momento de entrar a conversar, de cambiar la descalificación por el diálogo, las piedras por las propuestas y las consignas por los argumentos.
El lenguaje de barricada ya devino en ese “infantilismo revolucionario” que tanto daño le hace al orden establecido, ese que a ratos nos molesta… pero es el que tenemos y hemos construido entre todos.
Lo podemos cambiar, cierto, pero jamás en torno a la lógica del combo, la piedra y el escupitajo.
Camila: un viejo adagio dice que hay que predicar con el ejemplo. Antes de reclamar contra el sistema binominal, de exigir justicia y acusar de falta de representatividad al gobierno, debes “partir por ordenar la casa”.
No sé si estarás enterada de que en la Feuc la situación es muy injusta. Allí el consejo opera a través de un sistema de sufragios ponderados. Según el sistema de estos muchachos, un voto de un alumno de la facultad de Ingeniería (con 3.362 alumnos de pregrado) representa en el consejo un 0,1 del voto final. En cambio, un alumno de las carreras de Física y Matemáticas (con 410 alumnos de pregrado) representa un 0,7% del voto final. Por lo tanto, el sufragio emitido por el estudiante de Física vale cinco veces más que el del alumno de Ingeniería.
¿Es esto ejemplo de representatividad?
Tú tampoco lo haces nada de mal. No toda la opinión pública sabe que fuiste elegida con sólo 771 votos, de un total de 8.994 sufragios…y en un universo de 21.547 estudiantes.
Luego, debes poner cuidado a la hora de poner en duda la representatividad de nuestras autoridades.
Por otra parte, te contaré que con un grupo de profesionales hacemos charlas de liderazgo y motivación.
Nuestros precios son módicos y por eso tenemos trabajo.
¡Hasta nos hemos dado el lujo de no cobrar cuando hemos estado en escuelas públicas pobres y en la más absoluta orfandad!
Nos moldeamos a la realidad chilena y cobramos lo justo.
Ahora he sabido que tú también das charlas de liderazgo.
¡Bienvenida la competencia!
Pero cobrar $1.800.000 (un millón 800 mil pesos) por charla, ¿no te parece un precio prohibitivo para muchos que desean conocerte y escucharte?
¿No estarás abusando de tu minuto de fama?
¿Por qué abominas tanto de las leyes del mercado pero las aplicas a tu favor cuando te conviene para el lucro personal?
¿No es destruir el ominoso lucro lo que te motiva a dar la cara?
¿En qué quedamos?
Entiendo la impulsividad de la juventud, pero hay que ponerle atajo. Es cierto que el que no se equivoca nunca, es porque nunca hace nada. El problema es que ustedes partieron al revés. Por estar mucho tiempo sin hacer nada, viven equivocándose.
http://www.laprensaaustral.cl/columnistas/carta-abierta-a-camila-vallejo-4594
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